martin... en viaje

todo relato empieza con un movimiento, desestabilización del personaje. en este caso, un viaje, una mudanza, periplo. de esto se trata: obviedades y petulancias: un portenio en córdoba

lunes, julio 25, 2011

Lo que acecha


En los pajonales de Monserrat

En las cañerías de Almagro

En los decorados de Palermo Soho

En las galerías de San Nicolás

En las torres de Villa Soldati

En los médanos de Villa Real

En las gargantas de Villa Ortúzar

En los fortines de Versailles y Liniers

En los desfiles de Mataderos

En el almizcle de Villa Riachuelo

En los jardines de Balvanera

En los pupitres de Caballito

En las hamacas de Villa Luro

En las bóvedas de Núñez y Belgrano

En las volantas de Parque Patricios

En los dédalos de Parque Chas

En las pelotas y el empedrado de La Boca

En las mantas de Floresta

En los choripanes de San Telmo

En las lucecitas de Retiro

En las marejadas de Saavedra

En las alamedas de Pueyrredón

En los sueños de Villa Devoto

En las iglesias de Agronomía

En los insectos de La Paternal

En las fachadas de Chacarita

En las ruedas y las chapas de Coghlan

En las cascadas de Villa Urquiza

En los circunloquios de Colegiales

En los motines de Villa Mitre

En los accesorios de Santa Rita

En los ascensores de Villa Lugano

En las madreselvas de Nueva Pompeya

En balcones, patios y terrazas de Flores

En los humedales de Villa Crespo

En los monoambientes de Barracas

En los andenes de Constitución

En las fuentes y estatuas de Vélez Sarsfield

En los cuadernos de Boedo

En las oficinas de San Cristóbal

En los platos de Puerto Madero

En las vitrinas de Parque Avellaneda

En los ombúes de Parque Chacabuco

En los vapores de Monte Castro

En los desagües de Villa Del Parque

En el silencio y los globos de La Recoleta




martes, julio 19, 2011

Un ars poética de José Di Marco


Intentando explicar al auditorio

que dos chorros de pintura blanca

sobre un lienzo también blanco

pertenecen al arte con igual derecho

que la mano que extiende sus dedos de mármol

y refulge desde hace setecientos años

en este mundo a perpetuidad.

Intentando aclarar que en lo efímero

la gracia también puede posarse,

pide una opinión antes del cierre.

Un sincronizado coro de bostezos

y un impaciente rumor resumen

la única respuesta posible para

ese remolino de palabras dispersas

con que intentó hacer de su zozobra

un monumento para la adoración.

Y aunque escupiera llamas

o desbaratara con su cuerpo

las reglas de la gravedad,

sabe que en este cuadrilátero la pelea

se resolvió mucho antes de la primera campanada

y que el fallo admite una sola lectura:

no tiene discípulos el arte de la derrota.



(de una música anterior, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2010.)


sábado, julio 16, 2011

Taller A&A

martes, julio 12, 2011

Un poema de Mário de Sa-Carneiro


FEMENINA

Yo deseo ser una mujer

Para echarme al lado de mis amigos

En las bancas de los cafés.

Deseo ser una mujer

Para echarme polvo de arroz en el rostro,

En los cafés, delante de todos.


Quisiera ser una mujer

Para no tener que pensar en la vida

Y poder conocer a muchos viejos

Para arrebatarles su dinero.


Quisiera ser una mujer

Para que se me vaya el día entero

Hablando de moda y estar entretenida

Haciendo comentarios.


Quisiera ser una mujer

Para tocar mis senos

Al acostarme y contemplarlos

En el espejo,

Y quisiera serlo

Para que me sentaran bien

Aquellos disparates que a un hombre

No se perdonan.


Yo quisiera ser una mujer

Para poseer muchos amantes

Y engañarlos a todos

Incluso al predilecto;

Cuánto me gustaría

Engañar a mi amado rubio y esbelto

Con un muchacho extravagante

Horrible y gordo.


Yo quisiera ser una mujer

Para excitar a quien me observa,

Quisiera ser una mujer

Para poder excusarme…


(1912)