Un ars poética de José Di Marco
Intentando explicar al auditorio
que dos chorros de pintura blanca
sobre un lienzo también blanco
pertenecen al arte con igual derecho
que la mano que extiende sus dedos de mármol
y refulge desde hace setecientos años
en este mundo a perpetuidad.
Intentando aclarar que en lo efímero
la gracia también puede posarse,
pide una opinión antes del cierre.
Un sincronizado coro de bostezos
y un impaciente rumor resumen
la única respuesta posible para
ese remolino de palabras dispersas
con que intentó hacer de su zozobra
un monumento para la adoración.
Y aunque escupiera llamas
o desbaratara con su cuerpo
las reglas de la gravedad,
sabe que en este cuadrilátero la pelea
se resolvió mucho antes de la primera campanada
y que el fallo admite una sola lectura:
no tiene discípulos el arte de la derrota.
(de una música anterior, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2010.)
1 Comentarios:
ahhhhhhhh me gustó mucho sobre todo el último verso! besos
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