Un poquito del grande y olvidado Marco Denevi
Natividad, con cara de no haber dormido, con cara de haber estado toda la noche en acecho, pálida y despeinada, se plantó frente a la señorita Leonides y se puso a insultarla clamorosa y concienzudamente. La llamó con nombres erizados de erres y de pes como de vidrios rotos, le adjudicó imprevistos parentescos, le atribuyó profesiones a las que se suele calificar ya de tristes, ya de alegres; la apostrofó como los peores pecadores seremos apostrados el Día del Juicio, y , en fin, la exhortó a perpetrar con la pobre ortiga los más heroicos y los menos vulgares usos y abusos.
De Ceremonia Secreta
1 Comentarios:
MArtin que bueno que tengas un blog
un abrazo
Deigo
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