martin... en viaje

todo relato empieza con un movimiento, desestabilización del personaje. en este caso, un viaje, una mudanza, periplo. de esto se trata: obviedades y petulancias: un portenio en córdoba

miércoles, febrero 29, 2012

cliniqueando


Clinica de poesía, a cargo de Martín Gambarotta

Fecha: viernes 23 y sábado 24 de marzo, por la mañana

Lugar: Librería Universitaria de Eduvim, Félix Frías 60, Barrio General Paz, Córdoba

Cupo limitado

Arancel: 120 pesos, se abonan directamente el viernes en la librería

Inscripción: se deben mandar los textos que los asistentes deseen trabajar en la clínica (máximo 10 páginas), hasta el día 3 de marzo, al siguiente mail: carbonellalejo@gmail.com



domingo, febrero 26, 2012

Trabajo con mis emociones.

Estoy sentado en el patio

con mis piernas cruzadas y dejo

que salga el aire, me identifico

con el limonero que está frente a mí

con el gorrión que se apoya y toma

impulso. Soy un gorrión. Soy

el limonero. Fluir de la conciencia

un pelotudo jugando a la meditación si saliera mi vieja y me viera diría qué chico más imbécil perder el tiempo de esta forma sería para darle la razón a la vieja no se le discute aunque leía ayer que cada vez hay más casos de padres golpeados el flagelo de la droga decía el diario yo nunca le pegué a la vieja será porque las sustancias o porque no me animo capaz esto último

Doctora intenté el ejercicio

del patio. Incluso en un momento

hasta me quedé sin ropa pero

nada. No pude conectar con

el paisaje. ¿Estoy bloqueado

emocionalmente, es eso?

Pensaba en el gorrión

en el limonero.

A un compañero de laburo

le decíamos Gorrión porque

la mujer lo pasaba con el

supervisor. Lo pasaba o sea

lo engañaba, se curtía al jefe.

El gorrión es un pájaro de

mierda, un mal símbolo, porque

no tiene códigos. Doctora

¿estoy equivocado? ¿Se puede

perdonar a una mujer así?


miércoles, febrero 22, 2012

Fragmento de "Aire tan dulce", Elvira Orphée

"En las noches clarísimas y heladas que ve desde su cuarto abierto al patio, para no morirse tan irreparablemente, urde una persona que la recordará. Buscá, Atalita, buscala pronto a esa persona, no hagas caso de tu edad. Si crees que con eso conseguirás morirte menos, buscalo a tu amor. Pero yo sé, le vas a pedir todo, que sea tu padre, tu madre, tu hermano, tu hijo, la vida y el más allá. Pobrecita, ¿quién podrá ser al mismo tiempo el misterio y su solución, la piel y el desenfrenado espíritu? Pero hubieran debido al menos dejártelo intentar".