Un poema de Julio E. Miranda
todo relato empieza con un movimiento, desestabilización del personaje. en este caso, un viaje, una mudanza, periplo. de esto se trata: obviedades y petulancias: un portenio en córdoba
Te contaré en las puertas de tu sueño
la historia del mal, cierra los ojos.
Sobre cristales azules una niña camina dormida.
Trepa la joroba de la tarde,
un cerdo le devora los dedos, la niña no llora.
Hay mirra, incienso, miel
ofrendas de pederastas arrepentidos.
Hay poetas que arrastran un campanario entero.
Hay escarabajos brotando de los ojos de su madre.
Hay esqueletos de gatos donde las hormigas levantan un templo.
Hay un buey que muge desconsolado.
Hay niños que muerden al buey.
Hay un ángel soldado, con una espada roja sobre el pesebre
y en la noche de diciembre
un coro de viejos
cantando villancicos
en cajitas.
Este poema pertenece al libro editado por Ediciones Recovecos en Córdoba, año 2009. Cómprelo.
Las uvas viejas de un amor en el placard
son esas cosas que te están amortajando
Haciendo esta salvedad
tu mente ya estará progresando
Pero vas donde sonrisas te dan
esos encapuchados de un mundo viejo
No, no ves que nada te dan?
Credulidad
Credulidad
Lo peculiar de nuestro gran calabozo
es esta especie de terror por el bosque
La risa, nene, no podrá surgir
a menos que te subas al árbol
Bien, el árbol es la verdad
descansa por tu cuerpo, cierra ya los ojos
Hoy, tus uvas vas a tirar
Credulidad
Cre-du-li-dad
la doble nelson
¿usted cómo lo hace?
¿sabía que el amor después de los cuarenta es un concepto impracticable
como intentar una aleación entre un campo flexible y un material totalitario
un desafío estéril que le marca en la frente las letras de un cartel
que usted va por la calle con la palabra nunca entre los ojos
y todos leen que come de la olla
que duerme solo
que llora a gritos contra el botiquín
que los domingos piensa en matarse
los lunes maldice su falta de valor
el martes se compone
el viernes va a un lugar donde la gente se conoce
pero se siente un vidrio
una columna
una capa de polvo entre el ruido y la noche?
y los demás se besan en la boca
y ríen y se abrazan como si el mundo fuera a colapsar
o todo dependiese de un principio
acaso esa membrana que une la juventud con la belleza
y se desgarra en la fricción
usted
¿cómo lo hace?
no dejé de comprarte
cada mañana
rosas
ni te negué besos
ni buenas noches
con afán de canario
de país en país
hasta dar norte
nieves de la libertad
jurando síes
infinitos de arroz
por un pergamino
dos muñecos de frac
rasando las vegas
con la cara y la emoción
de una película
de john casavettes
Viernes 11 de septiembre de 2009
20:30 hs
Ciclo de Poesía
Farandol/09
Conduce: Carlos Dariel
Este año:
*Donde dos, tres*
Encuentro Nº 58:
Poetas invitados:
*Roxana Ybañes / Martín Araujo*
*Osvaldo Bossi*
Músicos:
*Esteban Páez (guitarra) / Alvaro Gilmariño (violín)*
Mesa de libros y publicaciones literarias
Entrada libre y gratuita
Dirección:
Centro Cultural “La antigua imprenta”
Av. Rivadavia y Estrada - Haedo
(al lado del túnel y a una cuadra de la Estación)
¡Los esperamos!
Farandol/09
Memoriter
pues que los partos son volver atrás
rever la tarde franca que consiente
un animal amor en taxi llano
tal vez morir vulgar o exquisitísimo
a la hora de abrirse a la aventura
de ser dos a la trasluz de la bodega
tal vez morir consciente de las voces
sorprendidas de un niño
que tan buscón a su edad
tan rapto su deseo
de transitar axilas
de abrir surcos de mar bajo las ingles
eligiendo el rincón más oscuro del desván
entre pilas de libros manoseados
con imágenes húmedas de cuerpos
sagradamente oscuras en bajos anaqueles
por las que Yo temblaba
y hacía los ensalmos oportunos
sabios ensalmos próximos al centro
de una verdad buscada en indecisos
canalones al borde del tejado
al borde del avismo de la calle
vacía en horas trinas
llena de resquemor a medianoche
cuando los paseantes miraban hacia arriba
me veían gateando por las tejas
me gritaban afanes astronautas
Yo caía volando hacia sus brazos
tal como un ave fénix de papel
que ardía y renacía en multitudes
que ardía y renacía como el tiempo
de ser menor de edad a toda costa
descubriendo su sexo en brazos firmes
su sexo en butacas de los cines
capitán marvel Yo de las rodillas
desde el suelo subiendo hasta las tejas
desde el pie del pupitre
desde el horror a las líneas divisorias
desde que se le dio tocar al hombre
que por ser
yo no era todavía
Extraído del libro Missa Pedestris, Madrid, Editorial Verbum, 2000.