Un poema de Darío Villalba
¡Qué forma tan ajustada
de irse de la vida!
No fue el precipicio del vaso
tampoco el vértigo del bolsillo sin fondo
ni siquiera el disparo fallido
de uno de sus besos
Nadie hubiera podido invitarlo a algún lado
de tan alojado que estaba
en el abrazo de la cuerda
Ningún gesto le disimula
la definitiva tarea
Es la tarde
La sombra
como un perro
se acurruca a sus pies
*de "Lo que sé del fuego", Edición de la Secretaría de Cultura de Salta, Argentina, 2010.
1 Comentarios:
verigud!!
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