fantasma de él
En un sueño no tiene pecas.
En el otro nos besamos en la calle y discutimos.
En otro, no nos reconocemos en la calle.
El último es en un baño enorme, que es y no la ducha de nuestra casa.
Lo que la memoria no deja quedarse lo devuelve el sueño
(una resaca contra el muelle la mañana después de la tormenta).
En otro, no nos reconocemos en la calle.
El último es en un baño enorme, que es y no la ducha de nuestra casa.
Lo que la memoria no deja quedarse lo devuelve el sueño
(una resaca contra el muelle la mañana después de la tormenta).